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lunes, 30 de enero de 2012

Tapia de Casariego (Asturias)



Tapia de Casariego es la villa y capital del concejo del mismo nombre y se encuentra situada junto a la Ría del Eo y próxima a las también marineras Luarca y Ribadeo. En ella se da la mayor concentración humana de todo el concejo con más de la mitad de la población total del concejo. Su puerto de mar le da un gran atractivo a la villa, que unido a la cantidad de buenas playas diseminadas por todo el territorio hacen de que el municipio sea destino turístico de mucha gente, tanto de las regiones centrales de Asturias como del resto del país y de Europa. Por su estratégica ubicación y gracias a los numerosos atractivos y peculiaridades que dispensa al viajero, este concejo se ha convertido en una de las zonas más visitadas del occidente asturiano. Su paisaje, sus playas y su ambiente marinero hacen de este concejo uno de los enclaves más bellos de la denominada Costa Verde.


Un lugar para soñar, así es Tapia de Casariego, situado en el Occidente de la costa asturiana.

Es todo: su paisaje, sus playas, su gente, sus costumbres, su fiesta, su aire, su alegría, su clima, su muelle, sus bares, pubs y discoteca,, su paseo marítimo...¡la vida que te da el respirar su aire y pisar sus verdes prados! En definitiva, quien va, vuelve.

Tapia acoge una de las pruebas del Campeonato Europeo de Surf, que celebró su primera edición en 1971. Tiene lugar durante la Semana Santa, y al mismo tiempo se celebra el Memorial Peter Gulley en recuerdo del australiano que introdujo el surf en el concejo. Durante los días de competición la afluencia de aficionados, participantes y turistas supera en ocasiones a los días veraniegos de julio y agosto





martes, 24 de enero de 2012

Le Mont Saint Michel

EL MONT SAINT – MICHEL

Elegido Patrimonio Mundial por la Unesco en 1979, el Mont Saint Michel, es el tercer monumento religioso más visitado de Francia, tan solo por detrás de Notre Dame de París y del Sagrado Corazón, y es también, sin duda, uno de los parajes más bellos y visitados de toda Francia, y es que la cosa no es para menos, ya que el Monte Saint Michel es una pequeña isla unida al continente por una carretera (en el pasado el camino existente era cubierto por las aguas cuando subía la marea) donde se levanta una pequeña ciudadela medieval que conserva el mismo aspecto que hace siglos sobre la cual se levanta una impresionante abadía donde conviven el románico y el gótico en perfecta armonía.


Yendo por carretera, desde varios kilómetros antes de llegar ya se puede distinguir la imponente silueta del Monte Saint Michel a lo lejos, destacando entre las llanuras de la Baja Normandía, y anticipando ya lo que nos encontraremos más adelante. Una vez nos vamos acercando a través de la carretera que une el continente con la isla, el Monte Saint Michel cobra aún más poder si cabe, y la abadía adquiere un aspecto sumamente impresionante, siendo increíblemente bello si el día está soleado, y algo tétrico si el día está muy frío y gris, pero en cualquier caso la estampa del Monte Saint Michel no dejará de impresionar y quedar grabada en la memoria de todos los que la visitan. Por si la visión de la isla con la abadía en lo alto no fuese de por sí impresionante, si la marea está baja los laterales del Monte Saint Michel se convierten en enormes lagos de fango y arenas movedizas, una trampa mortal que en el pasado sorprendía a muchos incautos, y que hoy en día colabora a hacer del Monte Saint Michel un lugar mágico y único en el mundo.


Una vez traspasamos los muros de la ciudadela, nos adentramos en otra época, un mundo que sabemos que ya no existe tan solo por los muchos turistas y peregrinos que nos acompañarán en nuestro camino, ya que el aspecto de las laberínticas calles del Monte Saint Michel es el mismo que tenían hace siglos, y no cuesta nada imaginar que detrás de cada esquina puede aparecer un caballero ataviado con su armadura a lomos de un caballo o a un grupo de campesinos subiendo provisiones a la abadía en un carro tirado por bueyes.